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Si Radamel Falcao gana US$430.000 a la semana, como se ha publicado, es de esperar que al delantero colombiano se le exijan goles desde la primera vez que salte a la cancha con la camiseta del Manchester United. Pero adaptarse al fútbol inglés no siempre ha sido un camino fácil para muchos futbolistas latinoamericanos.
La relación entre el valor de un jugador con las expectativas de los aficionados es directamente proporcional.
unque en el fútbol, esta fórmula, no siempre da los mismos resultados.
La mayoría de los aficionados de los "diablos rojos" se preguntan cómo será el paso de su nuevo número 9 por el estadio Old Trafford.
En el recuerdo surgen las figuras de Juan Sebastián Verón, quien fracasó después de ser en su momento el fichaje más caro de Manchester United, y Carlos Tévez, ídolo indiscutido hasta su paso al Manchester City, eternos rivales.
Entonces, ¿será Falcao como la "Brujita" o como el "Apache"?

Seno familiar

El factor humano ha sido una de las variables más importantes y ésta no suele entrar en la consciencia pública cuando se analiza a un jugador.
Cuando Falcao aterrizó en el norte de Inglaterra para saltar directamente al campo de entrenamiento en Carrington y asistir a su presentación oficial, el colombiano sintió un clima menos benigno que el que solía disfrutar a orillas del Mediterráneo.
El lenguaje del fútbol es internacional, pero no lo es la cultura, ni la forma de vida en un país que ofrece otro idioma y costumbres.
Inglaterra se convertirá en el sexto país en el que Falcao saltará a una cancha, pero será el primero que no tiene carácter latino o mediterráneo.
También será la primera vez que Falcao, casado con la cantante argentina Lorelei Tarón, comience una nueva etapa de su carrera como padre, tras el nacimiento de su hija hace un año.
No cabe duda que su elevado salario lo ayudará a cubrir las necesidades mínimas, pero tiene poco valor si su familia añora otros lugares y se siente aislada por la barrera del idioma como ha sucedido en el pasado con otros jugadores de América Latina.
Son factores "invisibles" que a veces pesan en el rendimiento de un jugador dentro del campo.

Con el volante al revés

En la jornada inaugural de la primera temporada de la Liga Premier en 1992 hubo solo 11 jugadores extranjeros. Con la llegada de Falcao, Manchester United este año cuenta con 11 nacionalidades en su plantilla.
El total de jugadores latinoamericanos en la máxima división del fútbol inglés superó esta temporada la barrera de los 40, pero no se puede decir que su presencia siempre ha sido exitosa.
Javier Margas
Margas, a la derecha, jugó el Mundial de Francia 98 con Chile.
La semana pasada, el técnico del QPR, Harry Redknapp, elogiaba las virtudes de dos de sus nuevas incorporaciones, los chilenos Mauricio Isla y Eduardo Vargas.
El entrenador inglés reconoció su sorpresa de poder asegurar los servicios de dos jugadores que brillaron en el Mundial de Brasil.
Pero su expresión cambió cuando se le recordó su anterior experiencia con jugadores de esa nacionalidad.
En 1998 el defensor chileno Javier Margas aterrizó en Londres después de la Copa del Mundo de ese año para jugar con el West Ham, entrenador por entonces por Redknapp. Fue un desastre.
"Lo pusimos en una casa en el medio del condado de Essex y le dimos un automóvil, pero no hablaba nada de inglés", recordó el veterano entrenador.
"El primer día se subió a vehículo y todos lo estábamos esperando en el centro de entrenamiento, pero terminó en el aeropuerto de Stansted. Luego, cuando regresaba por las carreteras de las campiña, sufrió un pinchazo".
"La familia de su esposa era dueña de dos o tres de los principales hoteles de Santiago, tenía tres o cuatro hermanas y eran de las familias más unidas que tu hubieras podido conocer. Ella estaba en casa todo el día, no hablaba inglés y no podía ver televisión. Así era por esos días", contó Redknapp.
"Nadie lo cuidaba. Pobre Margas, así era, y su esposa lloraba todo el día. Creo que yo me hubiera escapado".
El defensor chileno sí claudicó. Después de desaparecer por varias semanas fue encontrado en Chile. Regresó a Londres y jugó por West Ham tres temporadas pero nunca terminó de establecerse en Inglaterra.

Ni en Manchester ni Londres

La historia de Margas se repitió, en diferentes niveles, con jugadores de más cartel y otros menos conocidos.
Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón
Hernán Crespo y Juan Sebastián Verón triunfaron en el fútbol italiano. Ninguno lo hizo en Inglaterra.
El chileno no pudo contar en ese momento con una figura que ahora es común en los clubes. La de un facilitador, una persona o equipo que está a disposición de los jugadores con el objetivo de cumplir todas sus necesidades, incluidas las de su familia.
Cuando Juan Sebastián Verón llegó a Manchester en 2001 lo hizo con el título de la Serie A del calcio italiano.
Tras un comienzo prometedor, la "Brujita" fue perdiendo protagonismo en el equipo, relegado al no poder aguantar el intenso ritmo de juego sobre el campo.
A Verón también lo afectó su soledad en el norte de Inglaterra y sus problemas de comunicación. Ni siquiera su traspaso al Chelsea dos años después lo benefició y terminó abandonando Inglaterra con un préstamo al Inter de Milán en 2004.
Para otro argentino, Hernán Crespo, la situación llegó a un nivel mucho más grave.
El atacante confesó, tras su paso por el Chelsea, que estuvo cerca de abandonar el fútbol durante su paso por Londres.
Sus razones tienen poco que ver con el deporte y mucho con el sentido de aislamiento que experimentó cuando salía de las instalaciones del club.
Según recuerda el columnista de la BBC Tim Vickery, Crespo fue dejado para arreglárselas por sí solo en un país donde no podía hablar el idioma.
"Su más temibles adversarios de cada día eran el electricista, la voz de la compañía de teléfono al otro lado de la línea o el mecánico que reparaba su auto", comentó.
La lista de casos similares es amplia, el ecuatoriano Agustín Delgado, el colombiano Juan Pablo Ángel, el mexicano Jared Borgetti o el uruguayo Diego Forlán.
Si bien sus historias pueden diferir en hechos puntuales, el denominador común en cada uno de los casos fue la nostalgia, el sentirse solos en un país ajeno, "perdidos cuando son extraídos de su estructura de apoyo", añadió Vickery.
La conclusión fue que ninguno pudo responder a las expectativas generadas por sus fichajes, ni alcanzar sus éxitos conseguidos en otros países.

Tévez y Mascherano

El futbol latinoamericano disfrutó de la excepción a la regla con el chileno Jorge Robledo (Newcastle), los argentinos Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa (Tottenham) o el uruguayo Gustavo Poyet (Chelsea/Tottenham), pero fue tal vez la llegada de Carlos Tévez y Javier Mascherano la que marcó un cambio en el fútbol moderno.
Tévez, Pardew y Mascherano
Los argentinos Carlos Tévez y Javier Mascherano sorprendieron con su llegada al West Ham.
Ambos ficharon por el West Ham el último día de transferencias en 2006, luego de haber participado en el Mundial de Alemania.
Pocos entendieron en su momento como el tres veces mejor jugador del fútbol sudamericano podía aterrizar en un club modesto y de mitad de tabla acompañado por una de las mayores promesas del fútbol argentino.
Ni Tévez ni Mascherano fueron titulares indiscutibles en el equipo entrenado por Alan Pardew, quien además los hacía jugar fuera de posición.
La mala racha del West Ham supuso el despido de Pardew, la venta de Mascherano a Liverpool y el surgimiento del Apache como héroe y salvador.
Después de esa temporada Tévez fue vendido al Manchester United y en Old Trafford conquistó la Liga de Campeones y la Premier, título este último que repetiría con el Manchester City.
Tévez triunfó en el fútbol inglés, pero ni siquiera el éxito pudo calmar su nostalgia, su desapego de todo lo concerniente a Inglaterra y su vida.
En una oportunidad el delantero declaró en un programa de la cadena de televisión Telefé que "no hay nada para hacer en Manchester. Sigo hablando muy mal el inglés. Cuando termine mi contrato, dentro de tres años, a Manchester no volveré más ni de vacaciones".
Mascherano también triunfó en Anfield, pero no dudó en salir rumbo a Barcelona cuando el conjunto catalán lo llamó.
Sergio Agüero
El "Kun" Agüero anotó el gol que le dio el título al Manchester City en 2011, su primero en liga en más de 30 años.

Desembarco

Rota la creencia de que los jugadores sudamericanos no se pueden adaptar a un futbol más físico y rápido, la ola con jugadores provenientes de la región se hizo cada vez más frecuente.
En Manchester, los argentinos Sergio Agüero y Pablo Zabaleta son considerados héroes por la afición "ciudadana" del City y el uruguayo Luis Suárez fue el máximo goleador y mejor jugador de la Premier la temporada pasada con el Liverpool.
Ryan Giggs se tapa la cara
El pésimo comienzo de temporada obligó al Manchester United a gastar más de US$250 millones en fichajes.
Esta influencia también se ha trasladado también a los banquillos con el chileno Manuel Pellegrini –primer latinoamericano en ganar el máximo título del fútbol inglés–, el argentino Mauricio Pochettino y el uruguayo Poyet.
Para Falcao será una experiencia nueva, pero no llegó solo. Junto a él también aterrizaron los argentinos Marcos Rojo y Ángel di María, el holandés Daley Blind, el español Ander Herrera y el inglés Luke Shaw.
Un contingente que tiene la obligación de rescatar a un Manchester United urgido, perdido en la 14ª posición de la tabla.
El colombiano es consciente de que tendrá que jugar con el bagaje de su salario, un peso que sólo podrá quitarse con goles, los que de seguro conseguirá si su adaptación a Inglaterra va más allá del terreno de juego.

Fuente: BBC

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